Hay Veces que la vida golpea tan fuerte que todo pierde su sentido.
Las ideas se confunden, las palabras se atoran y los sentimientos se aletargan...
La luz se apaga y los deseos se adormecen y de pronto el corazón desbordado inunda un alma que se siente perdida y abandonada.
Las pregunta surgen y el espíritu desgarrado grita y reclama "de qué trata esto?" "Cuál es el sentido?"
Son preguntas que mas que respuestas necesitan ser consoladas sabiendo en lo profundo que jamás habrá consuelo y, así despacio, aún sin quererlo nos sumergimos en la noche más obscura del alma...
Un alma que gime y llora, un alma que se revela y anhela, un alma que exige y ama y es justo aquí donde todo termina y comienza de nuevo...
Amor, ese sublime sentimiento que fue hecho en el cielo y depositado en tu corazón y el mío, que aprendieron un latir unidos que se reflejó en cada instante de tu vida en la mía, en cada mirada llena de luz, en cada sonrisa que irradiaba felicidad, en cada sueño y anhelo que transmitían paz, esperanza y fe.
Una fe tan esperada y necesitada, una fe que nos mostrará su verdadero significado y el camino a seguir, una fe inundada de tu escencia en la mía, en este seguir caminando juntos, como siempre. Una fe y un amor intactos y vastos, lo suficiente para fundirnos en una misma eternidad.
Una eternidad que acoge, que espera y promete que algún día todo esto tendrá sentido...
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